Si hay una parada en el Circuito Jalisco ATJ que se siente como jugar en casa, es Club Providencia. No importa si es tu primera vez compitiendo aquí o si eres de los veteranos que ya saben qué platillo pedir en el restaurante antes de que termine el primer set, hay algo especial en este torneo que lo hace distinto. Tal vez sea el trato cálido desde que cruzas la entrada, la actitud jovial pero impecable del servicio o la manera en que el equipo del club siempre tiene un pie en la cancha, listo para afrontar cualquier eventualidad. Lo que es seguro, es que aquí el tenis se juega con la misma pasión con la que se celebra.
La segunda etapa del Circuito Jalisco no decepcionó. Fuimos testigos de puntos de altísimo nivel, finales electrizantes y partidos que se definieron por detalles, estrategia y autocontrol. Pero si hubo un encuentro que se robó la atención de todos, fue la final de la categoría Abierta. Un duelo entre Eduardo “El Burrito” Orozco y Esdras Martínez Mora, en el que estos dos gladiadores de la raqueta nos regalaron una exhibición tenística digna de cualquier escenario internacional. Al final, Orozco se impuso con un sólido 6/3 6/4, pero el marcador apenas cuenta la historia de los rallies intensos, los cambios de ritmo y la calidad técnica que se vio en cada punto.
No podemos dejar de mencionar la impecable organización del evento. Desde los directivos hasta el staff operativo, todos formaron un engranaje que funcionó sin fisuras, asegurándose de que cada partido, cada sorteo y cada premiación salieran como debía. Y vaya que la premiación estuvo a la altura: hermosos trofeos, premios de los patrocinadores y un convivio donde campeones, directivos e invitados especiales partieron el pan y compartieron anécdotas de esta inolvidable segunda etapa.
Así, entre raquetazos, fair play y mucha pasión, el Torneo Providencia reafirma su lugar como una parada obligatoria en el Circuito Jalisco. Nos deja con la certeza de que el tenis es más que un deporte: es una comunidad, un espacio donde la competencia es intensa, pero la camaradería lo es aún más.
La siguiente etapa está a la vuelta de la esquina. Si lo vivido en Providencia es un adelanto de lo que viene, solo queda una pregunta: ¿estás listo para lo que sigue?
Contáctanos
